miércoles, marzo 31

Es una dolorosa ficción. Posiblemente se alargue un poco. Cuando regresa la veo diferente, siempre con ganas de seguir. Es como una mancha de tinta que satura cada vez más poros del papel blanco. Es dolor agudo, aunque sin miedo a la muerte. Los astros no tienen importancia. Su cuerpo es en sí de la misma materia de que están hechos los astros. Y el mar arrulla.

Hay un espacio más vulnerable que el resto. Es decir, un espacio más vivo. Si pintamos con cinabrio un círculo en su alrededor poco a poco vendrán pájaros a devorar las mieles.

Regresa siempre. El mar, por ahora, está en calma.