sábado, octubre 3

THIS LOVE IS POISON BUT IS LIKE GOLD



¿Cómo hacer para que un momento del mundo se vuelva duradero o que exista por sí mismo? Virginia Woolf da una respuesta que tanto vale para la pintura o la música como para la escritura: "Saturar cada átomo." "Eliminar todo lo que es escoria, muerte y superfluidad, todo lo que se adhiere a nuestras percepciones corrientes vividas, todo lo que constituye el alimento del novelista mediocre, no conservar más que la saturación que nos da un percepto." "Incluir en el momento el absurdo, los hechos, lo sórdido, pero tratados en transparencia." "Meterlo todo y no obstante saturar" Por haber alcanzado el percepto como el manantial sagrado", por haber visto la Vida en lo vivo o lo Vivo en lo vivido, el novelista o el pintor regresan con los ojos enrojecidos y sin aliento. Son atletas: no unos atletas que hubieran moldeado sus cuerpos y cultivado la vivencia, aunque muchos escritores no hayan resistido la tentación de ver en los deportes un medio de incrementar el arte y la vida, sino más bien unos atletas insólitos del tipo "campeón de ayunos" o "gran Nadador" que no sabía nadar. Un Atletismo que no es orgánico o muscular, sino "un atletismo afectivo", que sería el doble inorgánico del otro, un atletismo del devenir que revela únicamente unas fuerzas que no son las suyas, "espectro plástico". Los artistas son como los filósofos en este aspecto. Tienen a menudo una salud precaria y demasiado frágil, pero no por culpa de sus enfermedades ni de sus neurosis, sino porque han visto en la vida algo demasiado grande para cualquiera, demasiado grande para ellos, y que los han marcado discretamente con el sello de la muerte. Pero este algo también es la fuente o el soplo que los hace vivir a través de las enfermedades de la vivencia (lo que Nietzsche llama salud) "Algún día tal vez se sabrá que no había arte, sino sólo medicina..."

- Gilles Deleuze; Félix Guattari. ¿Qué es la filosofía?