domingo, septiembre 22

ENVENENAMIENTO MENTAL

Podría parecer una paradoja o una incongruencia absurda, pero es lo cierto que no hay tóxico de tan fácil inoculación y absorción como el virus mental y al mismo tiempo tampoco existe veneno alguno de efectos más violentos y acción más virulenta, pues penetra y contamina a un tiempo el cuerpo y el alma. El hombre se ha afanado por siglos en descubrir vacunas, antídotos y contravenenos; ha luchado sin descanso contra los gérmenes, microbios y bacilos de toda especie a fin de preservarse contra las enfermedades e infecciones; pero no ha dedicado ni siquiera unos pocos minutos de estudio para tratar de contrarrestar el peor de los virus ni para inmunizarse contra la más terrible de todas las infecciones.

Si no fuera por las inclinaciones y tendencias mencionadas y por esa predisposición especial de la mente que permite la entrada a cierta clase de pensamientos que penetran como fluidos emponzoñados y contaminan la conciencia, no sería el ser humano la víctima indefensa de una de las más tremendas injusticias cometidas por el hombre.  

Harvey Spencer Lewis. Envenenamiento mental.