Fue tan simple el hacer las cosas. Como cuando las palomitas se hacen en el microondas. Fue cuestión de sólo presionar unos botones. Un poco de tiempo y ya. Mirar y asentir. Parpadeo. Un sorbo de agua. Luego bajar la mirada y seguir conversando. La música no era muy buena, pero por bailar... lo que fuera. No importó el falso contacto. Todo era cuestión de un acto a la Houdini. Estar frente al espejo y fingir que no existe. Comer, devorar. Hambre.
Recordar que las estrellas no ennegrecen a pesar del cielo. Constelaciones de humo. A pesar de tu cigarro light. El hotel tenía buen spa pero no nos quedamos. Eramos varios, ¿recuerdas? Máscara de Sänchez Rull y yo tan encabronada de no poderle decir - A ver, ¿tú que wey?- Pinches fotos mariconas que no me emocionan.
Dormir. Soñar con un libro nuevo. Ya no es dios que dispara con su pistola de agua. Son burbujas místicas, que no inmanentes.